STEFANO COLOMBO
Continuo viajando dentro de la góndola veneciana donde compañía me hacen los famosos gemelos Max y Stefano Colombo. Hoy, la protagonista de mi charla es Stefano Colombo; yo, Dessislava, le encontré en su nuevo local que se titula Brutal y está ubicado en la calle Princesa 14, Barcelona. El hermano gemelo que ha sido diseñador industrial hoy en día recibe en sus locales a unos de los personajes más interesantes en la ciudad de Barcelona.
Dessislava: ¿Cómo viniste a Barcelona?
Stefano: En avión (se ríe). Había venido hace años, iba viniendo para ver un colega aquí y aterricé fijo en 2004, hace diez años, el tres de marzo cumplo diez años en Barcelona.
D. ¿Cuál era tu motivo por llegar?
S.: Me había enganchado a un proyecto de trabajo del estudio donde trabajaba en Milán, la verdad es que estaba harto de estar en Milán. Mi proyecto ya se había acabado y yo estaba engañando al estudio pidiéndoles pasta porque el proyecto no seguía adelante y al final me descubrieron.
D.: ¿Qué tipo de estudio era?
S.: Un estudio de diseño y comunicación, moda…
D.: Esta información es algo nuevo, ¿Quién era Stefano antes de la creación de Xemei? ¿Qué estudiaste tú?
S.: Estudiaba de la Universidad de Milán. Empecé con ingeniería y como que no era bueno para ser ingeniero (hay que ser muy inteligente y yo no era muy inteligente…) pasé después a diseñador industrial. Después acabé la carrera y como todo el diseñador industrial, para ganarse la pasta hacía un poco de diseño industrial, un poco de comunicación, diseño gráfico, un poco de todo y acabé en un estudio muy bueno.
D.: ¿Cómo se llama el estudio?
S.: Se llama MMG.
D.: ¿Cuál es el proyecto más destacado que hiciste en esa época?
S.: Mi proyecto de tesis que seleccionaron en ese estudio era con tres diseñadores muy importantes de Milán que eran los tres socios del estudio. Ellos me dieron la oportunidad de participar en un proyecto para el MoMa de San Francisco, ganamos el proyecto y se quedó allíla pieza. Se llama S3, “S” por Stefano y tres por Magnoli, Bregonje y Gelati.
D.: Lo que me estás contando es bastante diferente de lo que estás haciendo hoy en día, ¿No tienes ganas de volver a crear?, aunque tu trabajo ahora también es bastante creativo.
S.: No, mi vida anterior está relacionada con Milán, muy relacionada y ya no tengo ganas de vivir allí.
D.: ¿Por qué escogiste exactamente Barcelona entre todas las ciudades?
S.: Porque tenía un amigo aquí, entonces vine. La ciudad me gustaba mucho. Salió un proyecto de diseño para la Caixa Fórum y entonces nos escribimos. Convencí al estudio para pagarme la estancia aquí un rato largo; se me acabó el proyecto, se me acabó la pasta. Al final me gustaba mucho la ciudad y me quedé. Me enamoré de una chica hace diez o nueve años y estaba convencido de quedarme a vivir aquí y después me dejó la chica… (se ríe)
D.: ¿Era catalana?
S.: No, argentina. Ahora vuelve y es probable que volvamos a estar juntos. Nos queremos mucho.
D.: ¿Has estado casado alguna vez?
S.: Sí, pero por papeles. Dos veces.
D.: ¿Con quién?
S.: Una vez no estuve casado, pero fui pareja de hecho de un chico que trabajaba para nosotros, porque tenían que llevárselo a Bangladesh y lo hice para que no se fuera y claro, a mí no me importaba nada. Además era muy guapo. Ahora estoy casado por papeles con otra amiga que vive entre Madrid y Berlín, pero por problemas de papeles (porque no es europea) no podía estar aquí y es mi mujer (se ríe).
D.: Me dijo tu hermano que la idea de la creación del restaurante Xemei es tuya, ¿Cómo se te ocurriócrearlo?
S.: Tengo un hermano gemelo que es un chef de la hostia y otro amigo íntimo que es como mi hermano en Milán y yo trabajaba con él en un restaurante, montábamos eventos. Cuando estudiaba publicidad trabajé unos cuantos años en restaurantes, como todos los italianos. Entonces llegué aquí. El estudio no me pagaba. Le pedí un poco de dinero a mi madre para quedarme aquí y mi madre me mandó a la mierda, porque me dijo que esto ya no funcionaba. Y entonces conocía un bar donde iba esta chica que me gustaba mucho. El bar era muy guapo, en una zona que me encantaba, me gustaba así como naif. Decidí pillar el bar, me metí a cocinar y a ver si venían un amigo o dos. Así empezamos y después de cinco o seis meses venía tanta gente entre amigos, conocidos, gente del mundo del arte, de
la música…, que decidí meterme en serio. Era un sitio muy pequeñito, estaba con mi amigo, cocinábamos entre los dos, era una época muy bonita.
D.: ¿Después llamaste a tu hermano Max?
S.: Después llamé a Max para que viniera y a otro amigo que era Mauri. De allí tiramos lo que había, lo remontamos todo y lo reabrimos como Xemei con Max cocinando.
D.: Aparte del aspecto físico, ¿en qué os parecéis Max y tú?
S.: Nos gusta mucho lo que es la arquitectura clásica, los coches clásicos, las motos clásicas, las piezas de diseño clásicas, las chicas clásicas (se ríe), no las chicas clásicas no.
D.: Hablando de lo clásico… ¿Eres consumidor de arte contemporáneo?
S.: Voy bastante a museos.
D.: ¿Un museo en Barcelona?
S.: Me encanta el MACBA, encuentro increíble el Caixa Forum aunque este año se paga un poquito, la Fundació Miró es espectacular. Barna está repleta de museos muy buenos. Yo colaboro con dos entidades, una el Sonar que es multimediática, arte tecnológico y musical. Por otro lado en el nuevo proyecto que es nuestra coctelería. Tenemos dos comisarios de arte, porque vamos a tener una colección de arte propia, nuestra. La idea es que han salido los números así: un 6,8% de todo lo que entra se dedicará a comprar arte para el espacio, para tenerlo dentro, no es para vender ni prestar para exposiciones, es para que nos guste a nosotros.
D.: ¿Dónde será la ubicación de la coctelería?
S.: En la c/ San Paul 68, entre la Rambla del Raval y la Filmoteca. Douglas Gordon nos regaló una pieza especialmente para el local, tenemos un par de fotos de Paul Zone. Colaboramos con una chica que es Alex de Chicks on Speed.
D.: ¿Es vuestra comisaria?
S.: Es nuestra comisaria de arte contemporáneo. Yo no soy un gran conocedor, pero me gusta y compro cosas que me gustan.
D.: Hablando de cócteles, ¿Cuál es tu coctel favorito?
S.: Hay una cosa muy curiosa… Hay dos, tres locales aquí en Barcelona que hacen un coctel que se llama Giorgio que es muy curioso y hay un par de lugares donde voy y me conocen y los cocteleros los quiero mucho y han creado un coctelcito para mí.
D.: ¿Una novela? ¿Un escritor?
S.: A ver, yo no tengo televisión, entonces si quiero ver una película, o voy al cine o a una muestra de arte cinematográfico, o a ver documentales. Sino leo libros, porque no tengo tele. Soy lector compulsivo, leo mucho. Y hay muchos libros que son muy buenos.
D.: ¿Lo último?
S.: Lo último es de un profesor de Colombia que prácticamente explica su vida. Me gusta mucho DeLillo, Saul Bellow. Y hay un libro que sí que me ha gustado mucho que es Punto Omega de DeLillo, pero en general me gusta de todo. Me gusta también Chuck Palahniuk por algunas cosas muy trash que escribe. Y me gustan los clásicos. Me gusta Cortázar como me gusta Fitzgerald.
D.: Ahora mismo yo estoy leyendo Fitzgerald: Suave es la noche.
S.: Yo ahora lo empiezo a leer en ingles que todo el mundo me dice que es muy fácil y yo no lo encuentro tan fácil.
D.: ¿Tienes un cine favorito en Barcelona?
S.: Sí, el Floridablanca y si puedo voy cada semana. Y ahora lo quieren cerrar y pienso contribuir para que no lo hagan.
D.: ¿En serio, el Floridablanca?
S.: Sí, de los Renoir es el último que queda, el propietario ha quebrado. Porque la gente ya no va al cine a ver este tipo de cine, de hecho el Floridablanca siempre tiene ahora dos o tres películas más comerciales.
D.: ¿Cuál es la última que viste?
S.: Vi una muy buena que se llama “All is Lost” donde Robert Redford no dice ni una palabra en toda la película, es un náufrago en un barco con setenta y pico años.
D.: ¿Qué tipo de música escuchas en casa?
S.: Hostia, música me pongo de todo. He tenido una época muy buena de música cuando estaba en Milán, trabajé con MTV, también trabajé con MTV aquí.
D.: ¿Qué tipo de colaboración hiciste con MTV?
S.: Se montó un programa que se llama Kitchen, los artistas italianos venían y cocinaban algo y nosotros montamos lo que era la escenografía del estudio.
D.: ¿Tienes un sitio en Barcelona donde te encuentras, te equilibras, te sientes lleno?
S.: Yo voy a correr y juego un poco al tenis. Montjuic es fenomenal, los jardines de Montjuic son fenomenales. Y el Club Real de tennis de Montjuic es solamente para gente de sesenta años para arriba y es genial.
D.: ¿Dónde te escapas para ir de vacaciones?
S.: Joder, no voy nunca de vacaciones, pero cuando puedo voy a Menorca.
D.: ¿Qué llevas en tu bolsillo?
S.: Siempre llevo por lo menos diez tarjetas de otra gente. Un restaurante que me ha gustado, una tienda, uno que he conocido por la calle. A ver lo que tengo hoy. Ahora tengo cuatro tarjetas y son las dos de la tarde.
D.: ¿Qué tienes en tu mesa de noche?
S.: Libro, lámpara y el móvil para despertarme.
D.: ¿Qué te parece el local Ocaña?
S.: Estaba hablando el otro día con una amiga mía que es amiga tuya también sobre lo mismo. Yo conozco mucha gente por allí, por el mundo, por casualidad
D.: O no…
S.: Yo evalúo los locales cuando me hace mucha ilusión llevar a alguien de fuera allí. Me hace mucha ilusión llevarle a un lugar específico a cenar, a tomar, a bailar. Y creo que en los últimos dos años cada vez que viene alguien de fuera y me pregunta: ¿Qué está pasando en Barcelona?, le llevo a Ocaña.