PILAR PASAMONTES
Si hay una mujer en Barcelona que conlleva en su energía efectos especiales, ella es Pilar Pasamontes. Yo, Dessislava, me acuerdo que la conocí en un ataque de celos que sufrí y creo que ésta era la manera que nos hizo amigas del primer momento. Me dijo: "Pensaba que yo soy la mujer más celosa de la ciudad, pero ahora veo que tú, búlgara, me superas." Voy a adornar mi colección de historias con nuestra charla; espero que os va a gustar. Pilar suele ser una adicción; nadie se queda indiferente hacia su personalidad.
Dessislava: ¿Quién es Pilar Pasamontes?
Pilar: Soy yo (nos reímos mucho)
D.: El día de las grandes sorpresas…¿Me puedes decir algo más de ti? Si tuvieses que autodescribirte, ¿cómo lo harías?
P.: Me apasiono mucho por la cosas. Me apasiono mucho por mi trabajo, intento hacer feliz a la gente de mi alrededor, tengo bastante mal carácter de vez en cuando, trabajo en moda y soy abogada.
D.: ¿Es el derecho tu formación?
P.: Sí, soy licenciada en derecho.
D.: ¿Dónde estudiaste?
P.: Aquí en Barcelona, en la central, en la UB.
D.: ¿Cómo entraste en el mundo de la moda?
P.: Mi madre trabajaba en moda. Pero yo hice derecho, por lo de salvar el mundo y luchar por las injusticias. Pero la injusticia sigue… Hice de abogada dos años y empecé a meterme poco a poco a trabajar en moda en la tienda y la empresa de una diseñadora que se llama Maite Ramallal. Me gustaba lo que hacía y además me liberaba un poco la cabeza del derecho. Acabé dejando el derecho y dedicándome a la moda. La verdad es que hice una cosa muy extraña: en lugar de empezar con mi madre que hubiera sido lo habitual, empecé con Maite Ramallal desde lo más bajo: de dependienta, para aprenderlo todo porque
me interesaba mucho. Y en los años 80 cuando la moda no estaba muy de moda y toda la ciudad y la moda estaba muy viva aprendí un montón, aprendí todo. Aprendí desde cómo se monta un desfile a un escaparate y fue verdaderamente muy interesante. Después de un tiempo de trabajar con Maite Ramallal estaba obsesionada por los complementos.
D.: Sí, sé que creaste una marca que se llama Efectos Especiales.
P.: La verdad es que fue porque me gustaban mucho los complementos y quería abrir una tienda en el mundo que vendiera sólo complementos. Había sombrererías, había tiendas de cinturones, tiendas de bolsos y de bisutería. Finalmente de decirlo tanto, mi pareja de muchos años que se llama Marcel …
D.: Le conozco…
P.: …me dijo: “tanto hablar, tanto hablar, ¡pues móntala!” Y a mí cuando me pican inmediatamente salto. Le contesté: “¡Claro que la montaré!” y la monté en quince días. Estaba en Paris con Maite, aproveché para comprar cosas y monté Efectos Especiales. Lo que no recuerdo es el año, fíjate qué mala soy para esto…
D.: ¿Qué pasó con Efectos Especiales?
P.: Tuvo muchísimo éxito desde el principio. Tuve cuatro tiendas al final. La primera fue espectacular porque vendía cosas únicas en el mundo, cosas que nadie hacía o que nadie se atrevía a vender y tuve un éxito brutal. Venía gente de todos los sitios. Pero luego monté cuatro y con cuatro tiendas en la misma ciudad es muy difícil vender.
D.: Aparte, Barcelona no es una ciudad muy grande, no tiene la dimensión de Nueva York por ejemplo.
P.: Claro, era imposible. Yo creo que en ninguna ciudad puedes hacer esto. Me aventuré montando una detrás de otra y me equivoqué totalmente. Me equivoqué al abrir tantas tiendas con el mismo producto. Con una sola tienda habría funcionado perfectamente, con tantas fue imposible. También es cierto que en aquel momento, como pasa siempre en las ciudades cuando hay una idea buena, empezaron a abrir más tiendas de complementos. Y ahora hay tiendas de
complementos por todo el mundo con todas las marcas y lo que quieras.
D.: ¿Son los complementos los efectos especiales para la mujer?
P.: Sí, esos son los efectos especiales. Sin mis pendientes ni mis pulseras, no soy nadie, desapareces absolutamente. Y también personalizas. No eres igual que el de al lado. Puedes llevar el mismo traje y el mismo pantalón pero eres otro por el peinado, el make-up y todos los complementos, que son los efectos especiales. Te hacen ser mucho más tú.
D.: ¿Te parece Barcelona una ciudad “trendy”, ves gente moderna por la calle?
P.: Cada vez más por una suerte inmensa. Hay muchísima gente joven de muchos países e incluso de toda España. La ciudad siempre ha tenido un sello característico. Igual que los que son de Madrid sabes que son de Madrid, los que son de Sevilla sabes que son de Sevilla. Es por cuestión de la forma de la ciudad, por su luz, por su color…, la gente está desapareciendo un poco, es un poco mimético. Pero cuando se mezcla gente de muchísimos países, sobre todo gente joven como el IED (Instituto Europeo de Diseño) donde hay un 75% de alumnos extranjeros.
D.: Tocando el tema de IED, donde nos encontramos ahora, me puedes describir tu papel aquí, sé que eres profesora de moda…
P.: En IED soy la parte científica de la moda, es decir que pienso, no hago números porque soy un desastre. Julia es la directora de moda y yo soy la persona que se encarga de las relaciones exteriores, que está pendiente de las cuestiones científicas de la moda, aunque la palabra científica es muy ampulosa. Soy profesora de historia de la moda de los siglos XX y XXI sobre todo. Doy historia y crítica de la moda, no historia biográfica. La historia de la moda vinculada a la sociedad, las guerras, lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el mundo. También hablo de historia comparativa, las marcas de antes, las de después y las de toda la vida. También soy profesora de complementos y doy clases en el grado de estilismo.
D.: De lo que me cuentas me imagino que tienes muchos alumnos…
P.: Sí, tengo muchos. También doy clases de máster como tú (nos reímos). Somos profesoras de máster. Doy clases en el máster de calzado, como tú, en el de márqueting y comunicación de moda, en el de moda y en el Cep de Novias, que no está nada mal, tengo muchos alumnos.
D.: ¿Hay gente joven con inquietudes? ¿Qué te parece el panorama contemporáneo?
P.: Ahora muy bien. La crisis ha servido de algo. Es una crisis dura y nos estamos mentalizando de que, o bien se es el primero y se trabaja mucho y estudia mucho y se está muy informado, o no nos comemos un “quiqui” en la vida. Antes había un poco de desidia: “Ay, hoy no voy a clase, ay, me da lo mismo”. Ahora son fantásticos, entregan todos los trabajos e investigan. Va muy bien para ellos y también para la gente que damos clases porque suben el listón inmediatamente. Cada segundo está con las pilas puestas porque sino es imposible.
D.: A ti que eres una mujer que hace crítica y reflexiona sobre todo lo que pasa a nivel mundial,¿qué te parecen los diseñadores emergentes de Barcelona hoy en día?
P.: Cada vez mejor. Barcelona no es la gente que nace en Barcelona sino la gente que vive, trabaja o ha estado un tiempo en Barcelona. Yo los encuentro fantásticos y hay cosas fantásticas. Tú conoces a muchos de ellos que han venido aquí. Unos se han quedado y otros se han ido. Han estado todos en Ocaña desfilando y exponiendo sus prendas.
D.: Sí, fue una idea conjunta que surgió en las fiestas que compartíamos. Se trataba de prestarles los espacios de Ocaña para poder exhibir sus colecciones y venderlas. Este proyecto ahora está parado y tengo muchas ganas de volver a despertarlo.
P.: Verdaderamente hay un muy buen nivel y se están rompiendo muchas barreras. Tienen menos miedo.
D.: Pilar, también eres vicepresidenta de Moda Fad, ¿me puedes explicar qué es Moda Fad y su concepto?
P.: Moda Fad es una asociación sin ánimo de lucro que se formó, siendo yo socia fundadora, hace veintiún años, si no me equivoco. Se anunció con la idea de ayudar y apoyar a la gente joven. Gente que acababa sus estudios de moda o gente que era autodidacta se podían apuntar tranquilamente. Hacer de lanzadera. Empezó como una plataforma donde todos exponían y vendían sus prendas y después se sumó una pasarela, que ha ido creciendo con el tiempo. A partir de esa pasarela damos premios. Primero damos los premios a los mejores de cada escuela de Cataluña y si vienen de fuera también están bienvenidos. Con estos premios pueden desfilar en 080 con nuestro paraguas de Moda Fad. Es una lanzadera buena aunque no sea para lanzar su propia marca inmediatamente. A veces incluso no se lo aconsejo. Al menos ya tienen una buena estructura con un buen equipo. Creo que es un buen aprendizaje porque vienen empresas de todos los sitios para ver los productos que se presentan.
D.: ¿Era tuya la idea de la creación de Moda Fad?
P.: Era de todos, era una asamblea de verdad. Queda muy moderno y muy progre. Del Fad nos preguntaron si podíamos hacer alguna cosa, un departamento o una asociación de moda dentro del Fad y entonces nos reunimos un montón de profesionales pensando qué podíamos hacer. Surgieron montones de ideas distintas. Cada uno decía una cosa. Finalmente con las ideas de todos acabamos formando esta especie de asociación sin ánimo de lucro. Se ha ido formando poco a poco. Empezó sin ánimo de lucro y de alguna manera se ha ido aclarando y cambiando con el tiempo.
D.: Te encuentro con Perla que es tu compañera. Es una perrita chihuahua y como es difícil imaginarte sin ella, me gustaría saber cómo os encontrasteis.
P.: Yo tengo unos grandes amigos que son Álex Estil-es y Xavi Lenau a los que quiero muchísimo. Ellos tenían cuatro chihuahuas, dos parejas y, de golpe, las dos hembras se quedaron embarazadas. Yo les iba diciendo: “Quiero uno, quiero uno…” y cuando iba a su casa jugaba con todos. Me lo pasaba pipa, se me subían encima, les daba de comer y por eso me querían mucho también… Entonces ellos me dijeron: ” bueno, si sale una muy guapa te llamamos”. Entonces me llamaron y me dijeron: “hay una que es para ti”. Cuando la fui a ver era tan, tan diminuta que parecía un broche, te la podías poner en la chaqueta de lo pequeña que era. Era la más espabilada, como se la veía pequeña, era la que más mamaba y la que más jugaba. Hace dos años en el día de Reyes me la regalaron. A partir de allí se convirtió en mi álter ego porque muchas veces opina por mí…
D.: ¿Qué lees? ¿Qué lecturas te apasionan?
P.: Me gusta mucho la novela como género, mucho más que otra cosa. Evidentemente para estarinformada en mi trabajo tengo que leer mucha investigación de moda. Leo muchísimas cosas de moda. También intento buscar siempre las novelas más apasionantes. Porque a mí si un libro a la página veintisiete no me ha enganchado, cierro el libro y otra cosa mariposa, porque me aburre mucho. Me gustan mucho las obras históricas y no sé por qué pero también leo las biografías de todos.
D.: En lo de las biografías te entiendo. Yo el otro día en la clase que explicaba la obra de Suzanne Valadon hice primero un recorrido por su vida amorosa, así se despierta cierto interés emocional y es mucho más fácil entender la obra del artista sabiendo cómo ha vivido y qué pasiones o dolores ha sufrido.
P.: Claro porque si hablas solamente del arte de un pintor, un escultor, etc… En la moda tampoco se entiende si no explicas el momento en el que sucedió, lo que ocurría en ese momento…
D.: Sí, claro es superimportante el contexto histórico.
P.: El contexto histórico, social, político, económico, ¡todo! Yo les explico la moda por todo lo que ha pasado…desde Joséphine Baker, por ejemplo…Y si hay anécdotas se las cuento todas,porque me encanta todo lo biográfico. Me gustan mucho las historias reales, cosas que han ocurrido.
D.: ¿Vas al cine con frecuencia?
P.: Antes iba cada semana al cine, una o dos veces. Ahora voy al que está más cerca de mi casa y según la película que quiero ver: cine Bosque, Verdi o el nuevo en Balmes. No me gustan demasiado las películas de acción, me gusta verlas por la tele. Me gusta mucho el cine pero no me gusta todo el cine. Y hay muchas películas que me aburren.
D.: ¿Una reciente y que te haya gustado?
P.: Como a todo el mundo La Gran Belleza. Suerte que el director dijo: “Gracias Fellini” porque si no era para matarlo. Porque es un homenaje tremendo a las dos películas de Fellini Dolce Vita y Roma. Dando por hecho que es mentira que alguien tenga esa terraza delante de Coliseo Romano que es para matarlo (se ríe) directamente y decirle: “Mira por la ventana y clac, … Y ay se ha caído que pena más grande y también ha dejado un papel en el que pone que ya es mía….(nos reímos mucho).
D.: Hablando de paraísos urbanos, ¿tienes uno? ¿hay un sitio donde te guste esconderte?
D.: Hablando de paraísos urbanos, ¿tienes uno? ¿hay un sitio donde te guste esconderte?
P.: A mí esconderme no me gusta mucho. Si me escondo lo hago en mi casa donde tengo una terraza muy bonita. Pero hay sitios que me gustan y que son recurrentes en según qué momentos. Me encanta el mar. Tengo un sitio al que voy tanto cuando estoy bien como cuando estoy triste: el chiringuito de Escribá. Además de que estoy frente al mar y de que como bien, siempre están Joan, Mariana o Álex, a los que quiero mucho y me hacen sentir como en casa. Comes, ves al mar y ya te pones de buen humor. El mar siempre es mi vacuna de escape.
D.: ¿A dónde viajas? ¿Hay un lugar que frecuentes?
P.: Antes frecuentaba mucho más Paris y Nueva York, ahora la economía está menos brillante. Antes viajaba muchísimo. Me encanta por ejemplo el norte de África, los desiertos. Ahora prácticamente no se puede ir al norte de África porque la cosa está muy así. Como ciudades o sitios, me fascinan Nueva York, Paris, Sevilla, Menorca, el norte de África… Últimamente me he quedado absolutamente enamorada de Túnez.
D.: Me imagino que naciste en Barcelona…
P.: Sí, en el ensanche de Barcelona, no puedo ser más barcelonesa (nos reímos). Soy ensanchera.
D.: ¿Conociste a José Pérez Ocaña?
P.: Sí, conocí a Ocaña. Era la persona más graciosa que he visto en mi vida aunque cuando se enfadaba también tenía una mala baba importante. Le conocí en aquel momento de la Barcelona transgresora, cuando él iba con las faldas y se las levantaba y enseñaba la polla con el Camilo al lado vestido guapísimo. Lo conocía de bares como el Celeste, donde él siempre estaba, pero también a través de una amiga a la que yo adoraba y que murió: Sofía. Eran vecinos. Ella siempre dormía. Estudiábamos juntas derecho y tenía que ir a buscarla porque se dormía. Paraba el coche en la Plaza Real y le llamaba siembre desde abajo ¡no había manera de despertarla! Siempre se dormía después de haberse fumado un porro. Entonces muchas veces llamaba a Ocaña y se ponía como una moto: “¿Otra vez? ¡No, no, no! ¡No puedo más! Voy a desconectar el teléfono… Estaba follando… ¡me acabas de joder el polvo!” (nos reímos mucho) y yo : Vale, pero puedes despertar a Sofía. Y a partir de ahí nos fuimos viendo más. Nos veíamos mucho, la verdad es que en Barcelona todo el mundo se veía mucho. Gente de todas las edades, desde diecisiete o diecisiete años a mayores. Y todos se reunían en el Celeste.
D.: ¿Dónde estaba ubicado el bar Celeste?
P.: El Celeste estaba en la calle Argentería, tocando Santa María del Mar. Era una antigua tienda de tejidos. Y el primer Celeste mantenía casi toda la decoración. Todo era de terciopelo rojo, era precioso y todo el mundo hacía cosas, actuaba… De repente, por ejemplo, aparecía Camarón de la Isla con Paco de Lucia, pobre que se acaba de morir, y el uno con la guitarra y el otro cantando y te quedabas mirando, vamos hacia el cielo….
D.: ¿Qué te parece el local Ocaña?
P.: A mí me gustan varias cosas del Ocaña. Primero el nombre. Luego me gusta mucho el buen rollo que hay. Llegas allá y puedes cenar o tomarte una copa fuera y siempre hay alguien que te habla, alguien encantador, gente que aparece y desaparece por el Ocaña que no son gente vulgar sino gente con personalidad, especial. Esto alegra mucho la vista y el espíritu, es fantástico. Y sabes de lo que vas a ver no es el vulgar de la masa informe que te interesa mucho menos. Por lo cual es muy gratificante.